Diario de una persona con trastorno bipolar

Trastorno bipolar

Diario de una persona con trastorno bipolar

¿Qué es el trastorno bipolar?

Es una afección mental en la cual una persona tiene cambios marcados o extremos en el estado de ánimo. Los períodos de sentirse triste y deprimido pueden alternar con períodos de excitación y actividad intensa o de sentirse malhumorado e irritable.

Esto sólo para que entendáis la enfermedad un poco. En realidad vamos a lo interesante, mi experiencia real con esta condición mental.

Mi experiencia con el trastorno bipolar

Mi nombre es Nuria y hace tres años empecé a notar cosas extrañas en mi. Me sentía inestable, cualquier pequeña cosa, ya fuese para bien o para mal, me hacia irme al cielo o bajar a los infiernos. Al principio no le quise dar mucha importancia, pensaba que podría ser algo hormonal incluso. Pero la realidad es que estos síntomas cada vez iban a peor, y, es más, aparecieron nuevos episodios que empezaron darme mucho miedo.

Aparecieron las voces, los pensamientos intrusivos… Lo que vienen a ser síntomas psicóticos. Esto consiste en ver, oír o percibir cosas que no son reales. En general estas voces y pensamientos no me decían nada bueno. Entré en un mundo de locura que me asustaba. Sabía que necesitaba ayuda, pero ni yo misma era capaz de expresar lo que me pasaba y me daba miedo que me tachasen de loca.

También noté por estas fechas que gastaba más dinero de lo normal y que mi lívido sexual aumentó. Yo, ante los demás, me esforzaba en mostrarme lo más normal posible, pero llegó un punto que era imposible, y mi marido y mis padres se dieron cuenta de que algo me pasaba. No dudaron en llevarme a una clínica de salud mental y me ingresaron. Una de las experiencias más duras de mi vida, tener que separarme de mis dos hijos por un mes. Allí empezaron a medicarme y, poco a poco, me estabilizaron. Por fin me dijeron lo que me ocurría, tenía trastorno bipolar. Por un lado me alegre porque le puse nombre a mi tormento pero por otro lado sentí que me iba a esclavizar de por vida, una vida de dependencia a una medicación y a un estilo de vida más tranquilo.

Hablemos de la aceptación, uno de los temas más duros para mí. Me costó mucho conseguirla, seguramente por mi forma libre de ver la vida, sentía que aceptar una enfermedad así me quitaría toda esa libertad. Obviamente me encantaría ser una persona sana, sin ningún problema, me costó dos años aceptar mi enfermedad, y fue ahí cuando empecé a recuperarme.

Siempre buscamos la aprobación de la gente, pero no seremos felices hasta que no seamos conscientes de que no todo el mundo nos va a aceptar, sea por ignorancia o con conocimiento, no todo el mundo esta abierto a entender lo que supone una enfermedad mental. Desconocen el sufrimiento por el que hemos pasado, pero esto es algo que está fuera de nuestras manos y no debemos dejar que nos afecte. Lo importante es ganarle batalla a esta enfermedad y volver a ser la mejor versión de nosotros mismos.